¿Se le habría ocurrido pensar cómo sería Tinder si utilizara las mismas técnicas y algoritmos de una app ranking de las app stores? Si esa empresa fuera una relación, ¿cómo sería?
En el caso de RankMyApp, la lógica de su algoritmo no es la relación final, sino su medio: supongamos que Rank es una app de citas, mientras Tinder es la app store y el match, la aplicación que desea descargar.
¡El Tinder optimizado!
El primer paso en Tinder es llenar sus preferencias de búsqueda. En la aplicación, utiliza las variables «edad», «sexo» y «geolocalización». A partir de ese punto le presenta todos los posibles matches dentro de su interese.
Estas variables son sus palabras clave. Basada en ellas, la app le presentará una serie de personas que quepan en esa combinación, para que así usted elija algunas y prescinda de otras.
Con apps pasa lo mismo: elige una palabra clave para encontrar un determinado servicio y la app store te presenta algunas opciones, para que descargue algunas y dispense otras.
A partir del momento que ocurren sus matches (o apps descargadas), usted parte para una segunda fase: conocerlas con más profundidad. Charlar con la persona o en el caso, chequear la usabilidad de la aplicació
Varios factores durante este proceso van asegurar si se queda o no con ellas – y créame, en el mundo de las relaciones y de las apps, esa lógica genera más «no» que «sí».
La tasa de rechazo en las elecciones de aplicaciones ocurre por un factor simple: ella no entregó exactamente lo que usted buscaba, pues no posee un algoritmo configurado para traer el mejor resultado posible.
Muchas veces, el mejor resultado ni llega hasta sus manos, ya que se oculta detrás de 100 otros o otras pretendientes o, en el caso de las apps stores, en la segunda o tercera página de búsqueda.
Poner en práctica
Normalmente elegiría la opción de “sexo”, “edad” y “geolocalización” para empezar su búsqueda. En sus respuestas de «sí», vamos a suponer que usted tiene como preferencia a las personas de un determinado patrón estético, como los «tatuados/tatuadas» y «altos/altas».
La app entendería estas preferencias como +2 variables, optimizando la entrega de los pretendientes a las personas dentro de esas nuevas informaciones. Por otra parte, el pretendiente también tendría sus configuraciones optimizadas de acuerdo con lo que busca. Un ejemplo: «rubios(as)».
Trás eso, basta con sólo unir: «A» es rubio(a) y le gustan los tatuados(as) altos(as). «B» es tatuado(a) y alto(a) y le gustan los rubios(as). La aplicación optimizar esta presentación basada en lo que el usuario busca y en lo que el match tiene que ofrecer (y viceversa), entregando un resultado mucho más asertivo y calificado: el app, digo, amor de su vida.
La lógica del algoritmo es la siguiente: entiende qué busca su usuario en las app stores y configura su app por medio de palabras clave, para que llegue a las manos de quien lo necesita y lo desee. Todo esto sucede gracias a la optimización de ASO.
Así, el usuario tiene la mejor aplicación para su necesidad y la empresa tiene un usuario calificado.
Algoritmo y corazón tienen mucho en común: ambos usan una serie de variables para entender lo que realmente es importante para cada uno. A todos los dueños de aplicaciones, un consejo amoroso: no sea el tipo que no tuvo éxito pues nadie supo cómo encontrarlo.
Tenga surte o no en el amor, su aplicación necesita ser optimizada para obtener buenos resultados en las tiendas. Si todavía sigue perdido, ¡no deje de hablar con uno de nuestros expertos en app marketing!